Las impurezas físicas de las células tienen sus equivalentes en la mente: el miedo, la cólera, la codicia, la compulsión, la duda y otras emociones negativas. Puesto que operan en el plano cuántico, pueden ser tan perjudiciales para nosotros como cualquier toxina química. Tal como hemos visto, las conexiones mente-cuerpo convierten las actitudes negativas en toxinas químicas: las llamadas "hormonas del estrés", a las que se atribuyen muchas enfermedades diferentes
Pero, ¿cómo purificar la mente?
Se requiere de una técnica especial que va más allá de los ámbitos en los que imperan el miedo, la ira y todas las otras formas de tendencias mentales negativas. Esa técnica es la meditación, que permite al sujeto desprenderse de todas las huellas que impregnaros aquellas tendencias negativas sobre nuestros pensamientos y emociones.
La meditación no obliga a la mente a tranquilizarse, sino que hace aflorar la tranquilidad que permanece latente en ella. Detrás de todo el ruido dentro de nuestra cabeza (preocupaciones, resentimientos, falsas ilusiones, fantasías, esperanzas frustradas, sueños indefinidos, etc.), se oculta algo completamente distinto: el silencio de una mente no prisionera del pasado.
Pero, ¿porqué es tan importante el silencio?
Porque está en el origen de la felicidad. Es la fuente de nuestros arranques de inspiración, nuestros sentimientos más tiernos de compasión y empatía, nuestro sentido del amor. Son emociones delicadas que quedan ahogadas fácilmente por el estruendo del diálogo interior.
[ Estracto del libro: La perfecta salud, Deepak chopra ]
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