Los calambres consisten en contracciones musculares espasmódicas, muy dolorosas, realizadas en forma involuntaria y de duración relativamente corta. Generan un dolor muy agudo y la inmovilización parcial de dicho músculo.
Se cree que los calambres están asociados a tres causas:
la fatiga muscular: la fatiga muscular, la carencia de minerales o vitaminas y la mala postura.
Aunque en la mayoría de los casos aparecen luego de un esfuerzo prolongado, como lo puede ser una rutina de deporte, pueden ser provocados por una gripe, hepatitis, trastornos mentruales, tétanos o un trastorno gastrointestinal.
Cómo prevenirlos
- El ejercicio regular puede ayudar a mejorar la circulación
- Beber ocho vasos de líquido por día, preferiblemente de agua.
- Estirar y precalentar los músculos de forma diaria
- Estirar y precalentar los músculos de forma diaria
En cuanto a los alimentos:
- Comer suficientes alimentos ricos en calcio y potasio, como las bananas, cítricos, legumbres, repollo de cualquier variedad, el jugo de naranja, las papas, acelga y las verduras frescas. También son buenos los frutos secos y la levadura.
- Evitar los alimentos grasos y fritos.
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